
A pesar de las dificultades económicas y sociales que enfrenta el país, los vecinos de la urbanización encontraron una forma de mantener viva la magia de la Navidad: un concurso de pesebres. La iniciativa, organizada por la junta de condominio, buscó fomentar la creatividad y el espíritu navideño entre los residentes, quienes respondieron con entusiasmo. “Queríamos hacer algo que uniera a la comunidad y nos recordara que, a pesar de todo, siempre hay motivos para celebrar», comentó Rosaura Pérez, una de las organizadoras del evento. El concurso consistió en decorar las fachadas y jardines de las casas con pesebres elaborados con materiales reciclados, luces y adornos navideños. La participación fue masiva, con más de 20 familias inscritas. Algunos optaron por diseños tradicionales, mientras que otros se atrevieron a innovar con representaciones modernas del nacimiento de Jesús. «Usamos cartón, botellas plásticas y pintura para hacer nuestro pesebre. Fue un trabajo en equipo con mis hijos, y nos divertimos mucho», relató Ana María López, una de las participantes. El evento culminó con una misa al aire libre en el parque central de la urbanización, seguida de la premiación de los tres mejores pesebres. El primer lugar fue para la familia Rodríguez, quienes sorprendieron con un pesebre iluminado con luces solares y figuras hechas a mano. «Estamos muy felices. Este premio es un reconocimiento al esfuerzo de toda la familia», expresó emocionada Carmen Rodríguez. Más allá de los premios, los vecinos destacaron el impacto positivo del concurso en la comunidad. «Fue una experiencia hermosa. Nos permitió compartir, conocernos mejor y recordar el verdadero significado de la Navidad», comentó Pérez. La junta de condominio ya está evaluando la posibilidad de convertir este concurso en una tradición anual. «Queremos que esto sea el inicio de algo más grande. La Navidad es un momento para unirnos, y este tipo de actividades nos ayuda a mantener viva esa unión», concluyó.